Por qué podrías despertarte con hambre (y qué hacer al respecto)

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Muchas personas experimentan diferencias significativas en el apetito de una mañana a otra. Mientras algunos se despiertan dispuestos a comer, otros no sienten ganas de desayunar. Esta variación no se trata sólo de preferencias personales; Una variedad de factores pueden influir en sus niveles de hambre matutino. Aquí hay un desglose de razones sorprendentes por las que podrías despertarte hambriento (o no) y pasos prácticos para manejarlo.

Comprender los conceptos básicos del apetito matutino

La explicación más sencilla para los diferentes apetitos matutinos es la dieta nocturna. Aquellos que consumen comidas abundantes o comen más tarde en la noche tienen más probabilidades de despertarse con hambre, ya que su cuerpo no ha digerido completamente todo antes de dormir. Por el contrario, una cena más temprana y ligera le permite al cuerpo metabolizar los alimentos y dejar espacio para el desayuno. Sin embargo, el apetito es un proceso complejo influenciado por las hormonas, el sueño, la edad y problemas de salud potencialmente subyacentes.

Cuatro razones clave para tener hambre matutina

  1. Un metabolismo rápido: Las personas con tasas metabólicas más altas (a menudo atletas o aquellos con más masa muscular (ya que el músculo quema más calorías que la grasa)) tienden a quemar calorías rápidamente, incluso mientras duermen. Esto puede provocar una mayor sensación de hambre por la mañana. Como explica la dietista registrada Kimberley Wiemann, M.S., RDN, “las personas con un metabolismo más rápido pueden sentir más hambre que aquellas con un metabolismo más lento porque su cuerpo digiere los alimentos más rápidamente”.

  2. Condiciones de salud subyacentes: Las alteraciones de los niveles de azúcar en sangre, especialmente en personas con diabetes u otras afecciones relacionadas, pueden afectar significativamente el apetito. “Las personas con diabetes pueden experimentar una afección llamada fenómeno del amanecer, caracterizada por niveles altos de azúcar en la sangre por la mañana, lo que puede provocar un aumento del hambre”, señala Wiemann. Además, ciertos medicamentos, como los esteroides, algunos antidepresivos, antihistamínicos y medicamentos para la migraña, se han asociado con un aumento del apetito.

  3. Sueño insuficiente: El sueño y el apetito están estrechamente relacionados. Las investigaciones demuestran consistentemente que la falta de sueño afecta la capacidad del cerebro para regular el hambre. Un estudio encontró que la restricción del sueño conducía a un menor control del apetito, mientras que otro mostró que las mujeres con un sueño reducido experimentaban un aumento del hambre y los antojos (específicamente de chocolate). Dormir lo suficiente es fundamental para controlar el apetito matutino.

  4. Los efectos del envejecimiento: A medida que envejecemos, nuestra capacidad para sentir con precisión el hambre y la sed puede disminuir. Además, el metabolismo tiende a ralentizarse con la edad y las necesidades calóricas generales disminuyen. Los adultos mayores pueden beneficiarse de comidas más pequeñas y más frecuentes, comenzando con un desayuno ligero.

Creando un desayuno satisfactorio

Para combatir el hambre matinal, concéntrate en combinar proteínas con carbohidratos complejos. La proteína es excepcionalmente saciante y la fibra de los carbohidratos complejos ralentiza la digestión, promoviendo una saciedad sostenida. Considere estas opciones:

  • Un batido lleno de proteínas con un suplemento de fibra de alta calidad.
  • Tostada integral acompañada de tres huevos
  • Yogur griego con nueces y bayas (complemente con suero de leche procedente de animales alimentados con pasto para obtener proteínas adicionales)

La importancia del desayuno, incluso cuando no se tiene hambre

Incluso si no siente hambre por la mañana, incorporar el desayuno a su rutina suele resultar beneficioso. Saltarse comidas puede provocar “hambre”, una combinación de hambre e irritabilidad, que puede afectar negativamente la concentración y el estado de ánimo.

Conclusión

Las variaciones del apetito matutino están influenciadas por el metabolismo, los patrones de sueño, la edad y las condiciones de salud potencialmente subyacentes. Dar prioridad a un desayuno rico en proteínas y fibra, incluso cuando no se tiene mucha hambre, puede contribuir a mantener la energía, mejorar el estado de ánimo y mejorar la salud en general.

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