El modelo Hospital-at-Home (HaH), que permite a los pacientes recibir atención hospitalaria en sus propios hogares, ha sido restablecido temporalmente por el Congreso hasta enero de 2026. Esto sigue a una falta de financiación que interrumpió la atención a los pacientes, lo que obligó a muchos a regresar a entornos hospitalarios tradicionales a pesar de los beneficios comprobados del tratamiento en el hogar. La reactivación subraya un reconocimiento cada vez mayor del valor de HaH en un sistema de salud sobrecargado, aunque la sostenibilidad a largo plazo sigue siendo incierta.
La necesidad urgente de HaH
Durante años, HaH ha ido ganando terreno como solución al hacinamiento hospitalario y como medio para brindar una atención más cómoda y eficaz. El programa permite que los pacientes con afecciones que normalmente requieren hospitalización (insuficiencia cardíaca, infecciones, neumonía) reciban tratamiento en casa, supervisados por profesionales de la salud. Esto no solo reduce la tensión en los hospitales sino que también mejora los resultados de los pacientes al minimizar la exposición a infecciones adquiridas en el hospital y permitir una experiencia de atención más personalizada.
La reciente falta de financiación puso de relieve la dependencia del sistema de HaH. Como señala el Dr. Jared Conley, profesor asistente de la Facultad de Medicina de Harvard: “Los pacientes suelen preguntar: ‘Doctor, ¿cuándo puedo volver a casa?’ La interrupción obligó a pacientes como el propio Dr. Conley, que experimentó una infección en el pie, a volver a pasar la noche en el hospital a pesar de estar mejor preparados para el tratamiento en el hogar.
Cómo funciona HaH: más allá de la comodidad
HaH no se trata simplemente de comodidad; se trata de brindar atención a nivel hospitalario fuera de los muros del hospital. Los programas brindan soporte de oxígeno, monitoreo cardíaco, líquidos intravenosos, medicamentos, pruebas de laboratorio e incluso fisioterapia, todo dentro del hogar del paciente. El éxito del modelo depende de tecnologías de monitoreo avanzadas y equipos de atención integrados que garanticen la seguridad del paciente y una intervención rápida si surgen complicaciones.
Los beneficios se extienden más allá de los resultados clínicos. HaH reduce las tasas de reingreso hospitalario, reduce los costos y libera camas de hospital para los pacientes que realmente necesitan atención hospitalaria. Quizás lo más importante es que permite a los médicos obtener una comprensión más profunda de la vida del paciente, incluidos sus determinantes sociales de la salud, lo que conduce a planes de atención más específicos y eficaces.
El camino por delante: escalamiento y sostenibilidad
A pesar de sus beneficios comprobados, HaH enfrenta desafíos continuos. El mayor obstáculo es conseguir financiación y apoyo legislativo a largo plazo. La incertidumbre en torno a los modelos de reembolso desalienta a los hospitales a invertir en la infraestructura necesaria para ampliar el programa.
Otra barrera es el cambio de las normas culturales. Tanto los pacientes como los médicos pueden inicialmente dudar en adoptar un modelo que traslade la atención fuera de los entornos hospitalarios tradicionales. Sin embargo, como señala el Dr. Conley, “los pacientes nos dicen: ‘Muchas gracias por venir a mi casa'”. Esta apreciación refuerza el valor de un enfoque más centrado en el paciente.
El futuro de los cuidados intensivos a domicilio
A medida que la población envejece y los sistemas de salud se someten a una demanda cada vez mayor, HaH está a punto de convertirse en un componente cada vez más vital de la prestación de atención. El modelo ofrece una solución sostenible al hacinamiento, reduce los costos y mejora los resultados de los pacientes.
El restablecimiento actual hasta enero de 2026 es un paso en la dirección correcta, pero la autorización a largo plazo es esencial. Con una inversión continua en tecnología, infraestructura y apoyo legislativo, el hospital en casa puede revolucionar la atención aguda, haciéndola más segura, más eficiente y más centrada en el paciente. Los datos son claros: para muchos, el futuro de la asistencia sanitaria está en casa
