La dieta Dukan: una visión crítica

15

La Dieta Dukan es un plan de pérdida de peso rico en proteínas y bajo en carbohidratos que ha ganado notoriedad por sus fases restrictivas y sus rápidos resultados. Si bien promete una pérdida de peso espectacular, una mirada más cercana a la ciencia y los resultados del mundo real revela preocupaciones importantes sobre su sostenibilidad, adecuación nutricional y riesgos potenciales para la salud.

Cómo funciona la dieta Dukan

La dieta avanza a través de cuatro fases distintas:

  1. Fase de ataque: La proteína pura se consume hasta por 7 días, lo que restringe severamente los carbohidratos y las grasas. Esta fase está destinada a iniciar una rápida pérdida de peso, pero está desequilibrada desde el punto de vista nutricional.
  2. Fase de crucero: La ingesta de proteínas sigue siendo alta, pero se agregan cantidades limitadas de vegetales sin almidón. Esta fase continúa el énfasis en las proteínas, con algunos nutrientes añadidos.
  3. Fase de consolidación: Esta fase introduce pequeñas porciones de frutas, pan integral, queso y alimentos con almidón. El objetivo es reintroducir gradualmente los alimentos manteniendo la pérdida de peso. La progresión de la dieta a través de esta fase es la siguiente:

  4. Primera mitad: 1 porción de fruta al día (excluidos plátanos, higos, cerezas y uvas), 2 rebanadas de pan integral al día y 1,5 onzas de queso de corteza dura.

  5. Segunda mitad: 2 porciones de fruta al día (excluidos plátanos, higos, cerezas y uvas), 2 rebanadas de pan integral al día, 2 porciones (taza cocida) de alimentos con almidón a la semana y 2 comidas de celebración a la semana.

  6. Fase de Estabilización: Esta se debe seguir de por vida, sin restricciones alimentarias pero con la exigencia de tres reglas: 3 cucharadas de salvado de avena al día, un día de “Proteína Pura” a la semana y priorizando la actividad física.

¿Funciona realmente la dieta Dukan?

Cualquier dieta que cree un déficit calórico significativo resultará en una pérdida de peso, y la Dieta Dukan lo logra restringiendo grupos enteros de alimentos. Los estudios han demostrado que las personas que siguen la dieta pueden perder peso rápidamente; un estudio de 2015 informó una pérdida promedio de 33 libras en mujeres durante 8 a 10 semanas. Sin embargo, esta rápida pérdida se debe en gran medida a una restricción calórica extrema: el mismo estudio encontró que las personas que hacen dieta consumían tan solo 888 calorías por día en la fase inicial.

Este nivel de restricción no es sostenible a largo plazo. La historia muestra que las dietas que dependen de limitaciones severas rara vez se siguen indefinidamente, y la recuperación de peso es común. La dieta también puede provocar mejoras a corto plazo en los niveles de azúcar y lípidos en la sangre, pero estos efectos están relacionados con la restricción calórica más que con la dieta en sí.

Preocupaciones y riesgos de seguridad

La Dieta Dukan plantea varios riesgos para la salud debido a su naturaleza extrema. Un estudio de caso de 2014 informó sobre una mujer hospitalizada con cetoacidosis, una condición peligrosa causada por una deficiencia de glucosa, mientras estaba a dieta. Si bien es poco común, esto ilustra el potencial de complicaciones graves.

Los efectos secundarios más comunes incluyen mareos, irritabilidad, dolores de cabeza, fatiga, hambre, niveles bajos de azúcar en sangre y estreñimiento. El estudio de 2015 también encontró que las personas que hacían dieta tenían deficiencia de nutrientes vitales como vitamina C, potasio, calcio y folato, mientras consumían proteínas, fósforo y sodio en exceso.

La Dieta Dukan no se recomienda para niños, mujeres embarazadas o en período de lactancia, ni para personas con problemas de salud preexistentes. Su naturaleza restrictiva la hace inadecuada para quienes requieren un enfoque nutricional equilibrado y sostenible.

El resultado final

La Dieta Dukan es una solución a corto plazo que prioriza la pérdida de peso rápida sobre la salud y la sostenibilidad a largo plazo. Si bien puede producir resultados rápidos, sus restricciones extremas, desequilibrios nutricionales y posibles efectos secundarios la convierten en una estrategia arriesgada e ineficaz para un control de peso duradero. Los enfoques basados ​​en evidencia que se centran en una nutrición equilibrada y cambios sostenibles en el estilo de vida son mucho más confiables y seguros.